Respira. Inhala. Exhala. Visualiza un jardín zen, tu jardín zen. Si todavía no lo visualizas, te ayudamos a crearlo con un par de consejos. ¿Todavía no tienes un jardín de estos? Pues no sabes lo que te estás perdiendo. Entre tanto caos mundanal, tener un espacio de paz y serenidad para ti y para los tuyos es casi algo esencial. Además, puedes compartir momentos de relajación con familiares y amigos. Basta con la decoración y la ambientación adecuadas.
Los jardines zen tienen su origen en Japón durante la época del periodo Muromachi, entre los siglos XIV y XVI. En esta ciudad, se crearon este tipo de jardines para ofrecer un espacio íntimo en estancias como hogares o ámbitos del terreno privado. Los principales ideales estéticos sobre los que se asienta esta corriente son los que se conocen como yugen que significa simplicidad elegante y yokahu no bi, lo cual quiere decir belleza del vacío. Estos jardines eran un lugar perfecto para practicar mindfulness y deshacerse de las malas energías, es decir, espacios para crecer personalmente y curar a los humanos de los malos pensamientos. Los jardines zen se caracterizan también por su decoración que inspira paz y tranquilidad ya que, siempre disponen de zonas con piedras y arena, simbolizando lugares tranquilos como lo es la propia naturaleza. También se componen de muebles minimalistas, pues este tipo de decoración encaja fenomenalmente con esta filosofía de vida.
Muebles minimalistas para jardines zen
En esta manera de entender la vida, la protagonista es la mente. La meditación se sitúa en el centro de todo para tratar de estar en el presente con un ritual diario. Estos espacios invitan a la reflexión por lo que para cambiar lo que ven tus ojos puedes acudir a una decoración pacífica que te ayude a fomentar la relajación y la concentración. La iluminación es muy importante para este fin así que las lámparas de exterior con luz tenue pueden ayudar a la creación de esta atmósfera de calma.
La decoración Zen o minimalista siempre debe de completarse con muebles simples y puros en sus formas, por esta razón debe evitarse la sobrecarga de los espacios con demasiados elementos decorativos. Esto puede llegar a resultar estresante para nuestra mente y se aleja mucho de la idea de simpleza y calma que la filosofía zen promueve.
Menos es más. Ese es el mantra que debemos repetirnos mientras elegimos los diferentes elementos que vamos a incorporar en nuestro proyecto de jardín zen. Los muebles minimalistas suelen ser bajos, sin formas demasiado enrevesadas y con acabados sencillos. Sus siluetas suelen ser redondeadas o circulares para atraer todas las miradas y la atención posibles. Recordemos que este será un espacio ideal para la meditación y observar el entorno para anclarnos al presente es una tarea relevante para focalizar la mente.
Encontrarás un sinfín de piezas decorativas zen o minimalistas para espacios abiertos y cerrados como, por ejemplo, maceteros exteriores. Estas piezas suelen encontrarse fabricadas en distintos materiales, como madera o pieles, siempre dando un toque de naturalidad y sencillez. Otros elementos indispensables son la hierba, el musgo, el pasto y un espacio de arena rastrillada. También, en el caso de poderse, el sonido del agua cayendo en cascada es realmente relajante. Por lo que una fuente sería un elemento ideal que nos haría estar en contacto con ese elemento tan indispensable como es el agua.
Apuesta por lo simple y sencillo con la creación de uno de estos jardines zen. Harán cambiar tu modo de pensar, tu estilo de vida y tu mente estará focalizada en el presente gracias a esos pequeños rituales que podrás llevar a cabo en este nuevo espacio en el que podrás encontrarte a ti misma y a tu paz interior.